La Guardia Civil es el Cuerpo de Policía más numeroso en funcionarios de España, que acabada la Guerra Civil asumió las funciones además de los Carabineros, hoy Servicio Fiscal.
La Policía de Tráfico que en la década de los años 50 se encomendó a la Policía Armada, hoy Policía Nacional, fue asumida poco después por la Guardia Civil de Tráfico, lo que era comprensible por su despliegue territorial, y por ser la Guardia Civil desde sus comienzos la policía de los caminos y campos.
En la década de los 70 la Guardia Civil empezó a especializarse, otro de sus aciertos, surgiendo especialidades como Tedax (Técnico desactivador de explosivos), SEPRONA para controlar la caza y el medio ambiente, ahora también la salud, GEAS para las actividades subacuáticas, GAR para combatir el terrorismo en el ámbito rural, y bastantes más, hasta llegar a los GRS especialistas en protección y seguridad, como grupos de Reserva, en apoyo a las unidades de Seguridad Ciudadana principalmente.
Comenzó su regresión en el País Vasco, para evitar que ETA masacrara a los guardias civiles, sin medios de protección para patrullar, y hacer frente a los terroristas y sus explosivos, desarrollándose la Policía Autonómica que también sufrió el terrorismo pero no siendo objetivo prioritario, ya que seguía siendo la Guardia Civil la que combatía específicamente a los terroristas.
Luego llegó igualmente pero con menor desarrollo la Policía Foral de Navarra, y más tarde los Mossos d´Escuadra como policía más cercana y autóctona, que además hablara el catalán, y para que no fueran los ciudadanos catalanes extraños a esa policía con agentes venidos de fuera de su territorio, ante la poca demanda de los catalanes para integrarse en las Fuerzas de Seguridad.
Ahora Navarra, y después de tantos años, asumirá en exclusiva las competencias del tráfico y seguridad vial, que compartían ambos Cuerpos, el de la Guardia Civil y el de la Foral.
En los tiempos de la dictadura de Primo de Rivera, en los años 20 del siglo pasado, es cuando la Guardia Civil tuvo mayores competencias, con respecto al resto de Cuerpos.
Con todo y a día de la fecha, el Gobierno de la Administración del Estado tiene que gestionar un Cuerpo de unos 80.000 funcionarios dedicados a las Seguridad Ciudadana y al Reguardo Fiscal del Estado, además de la vigilancia de la seguridad de las carreteras a excepción de Cataluña, País Vasco, y en adelante Navarra.
Primero y fundamental, teniendo en cuenta que los derechos sociales, se vienen respetando en la Guardia Civil. Que las horas de trabajo mensuales son las que son, y que el Gobierno no está dispuesto a pagar horas extraordinarias para aquellos momentos en que resulten necesarias, pues ha de entenderse que se hagan necesarios más efectivos para mantener la misma presencia de la Guardia Civil, cuando además ahora se trabaja más intensamente, ante las mayores necesidades de seguridad, y de investigación de los delitos, por cuanto además la violencia de género requiere de más personal para combatirla y para vigilarla.
Siendo esto así resulta que aquellas plantillas, aquellos catálogos de personal de las Unidades, que en su momento se diseñaron, con más horas de trabajo obligatorias, son siempre deficitarios, principalmente por la rotación de efectivos, en zonas además endémicamente faltas de personal, al no ser destinos queridos por los funcionarios, porque deben desplazarse a mayores poblaciones para conseguir servicios sociales e incluso para comprar, con hijos además que creciendo se ven en la obligación de cambiar de población para seguir estudiando.
Hay que tener en cuenta también que para investigar los delitos se requiere de personal, que tampoco pueden excederse en horarios, por lo que estas investigaciones deben racionalizarse, para maximizar los resultados en el menor tiempo posible.
Afortunadamente se disponen de mayores medios para la investigación, y sobre todo de bases de datos, también por la colaboración de instituciones, y empresas de las que conseguir información, con lo que puede concluirse que se está siendo aceptablemente eficaz y eficiente, sin perjuicio de mejorar.
Entonces siendo el Estado un organismo central de amplitud en todo el territorio de la nación, cómo gestionar, de la mejor forma posible, a esos agentes jerarquizados, y dotarlos de unos medios aceptables para realizar su trabajo.
Incidir en la estructura territorial y organizativa.
Cómo organizar a la Guardia Civil, cómo vertebrar su despliegue territorial según necesidades y funciones. Cuál es la estructura idónea.
Hablamos de España como un país plural, variado, diverso, afortunadamente es eso lo que lo hace más atractivo y, lo que hace que los españoles sintamos algo distinto a lo que sentimos en nuestra provincia o Comunidad de origen, cuando vamos a otro lugar de España, y es que si cada territorio de nuestro país, no fuera distinto, qué sentido tendría viajar para disfrutar de lo nuevo, de lo variado.
Y por ello cada parte de nuestro país no sigue el mismo molde, no es igual ni en población, ni en concentración de esa población, ni en las distancias entre pueblos y ciudades, ni es igual en industria, agricultura o servicios, por lo que no puede seguirse un mismo patrón matemático, si queremos diseñar un despliegue y estructura en todo el territorio nacional.
Nos hemos dado cuenta que no es necesario cerrar un gran número de cuarteles, y como mucho unos pocos, para que se pueda prestar un servicio las 24 horas del día, respetando los tiempos de descanso de los agentes. Sólo es necesario integrar a la plantilla de varios Puestos o Unidades en un mismo cuadrante de servicio para atender en los distintos términos municipales a los ciudadanos, patrullando los diversos territorios, para que ninguno quede en menor medida falto de patrullaje y para que las demarcaciones territoriales sean conocidas por todos los agentes, estén o no estén destinados en ese Puesto del que salen de patrulla, o en el que investigan.
Eso sí, que esos cuarteles, con sus dependencias y en su caso pabellones, o dicho de otro modo, apartamentos donde viven una parte de los guardias civiles de la plantilla, se encuentren en un estado suficiente de decencia para ser habitados.
Es cuestión de establecer el número de guardias civiles para cada Puesto, y de las funciones a realizar en los turnos de trabajo. Sí van a tomar denuncias o no, o las tomaran, -en según qué casos y momentos-, otros Puestos más principales, con un servicio permanente de Puertas abiertas.
Las funciones de los jefes de unidad deben estar igualmente definidas y delimitadas para que no se produzcan injerencias, más allá de la supervisión o asunción de funciones coordinadoras.
El establecimiento de áreas o departamentos, según las funciones que desarrollen, ya prevención y seguridad mediante patrullaje, bien investigación, bien servicios burocráticos y de atención al ciudadano y toma de denuncias, es algo que también debe delimitarse en número de personal, territorio y población en el que desempeñar su servicio.
Hecho lo anterior, ya tenemos gran parte del problema resuelto, en cuanto a estructura y organización.
Incidir en el estilo de dirección, jerarquización, disciplina, y en la evitación de delitos internos, ya sean por corrupción, ya sean por desviación de poder y arbitrariedad, promoviendo los valores democráticos.
La disciplina es esencial, en cierta medida, en una organización amplía y jerarquizada, pero no debe confundirse con favorecer el totalitarismo, la arbitrariedad, la desviación de poder, ni con la asunción de la injusticia como forma necesaria de sometimiento de la persona.
La desigualdad en el trato, y el no permitir ciertos márgenes de libertad de actuación, con sometimiento a la legalidad, no debe confundirse tampoco con formas de eliminación de personas por pensar de distinta forma, o por ejercer su libertad de expresión o crítica de forma mesurada, dentro del Cuerpo.
En las sociedades existen personas que envidian, recelan, o son celosas de los éxitos que puedan tener el resto, ya por tener ellos un empleo superior, ya simplemente por comparaciones con compañeros del mismo empleo.
Todas esas formas perniciosas en la personalidad de determinados sujetos deben ser moderadas, hasta niveles que no sean perniciosos para el funcionamiento interno del Cuerpo.
Esas mentalidades de aquellos que se creen, por ostentar un cargo, que son dueños y señores de sus vasallos los subordinados, deben combatirse, sin que ello suponga la falta de respeto al superior en empleo o cargo, pero que tampoco suponga tener que adoptar formas de servilismo o de adulación para no granjearse su trato discriminatorio, o de excesivo celo sobre ese otro funcionario.
Factores psicosociales que deben tomarse muy en cuenta.
El respeto a las asociaciones profesionales y a sus representantes.
Si las asociaciones de guardias civiles, de las distintas Escalas, están ahí, ya no es solo por imperativo legal, sino porque se ha demostrado son instrumentos, en sociedades democráticas y avanzadas, para el buen funcionamiento de las Instituciones, y para favorecer el progreso continuado con mayores niveles de eficacia y eficiencia en éstas.
No son el obstáculo del jefe para hacer según su criterio, si se considera el dueño y señor de su Unidad. Ese cambio de mentalidad debe servir para buscar la colaboración entre todos los guardias civiles para la consecución de los objetivos.
En incluso para la reducción de bajas médicas, y problemas psicológicos.
Buscar la avenencia de los subordinados, sin entender sus razones, sin cuestionar los métodos de dirección o consecución de disciplina, sirve de poco.
Si los órganos directivos o de mando, no entienden o intentan entender las razones o motivos, más o menos justos o razonables, de los subordinados, difícilmente podrán solucionar conflictos o acomodar la personalidad de unos y otros en la organización.
El respeto a la personalidad de los subordinados, nos guste más o menos, es algo que se debe asumir, siempre y cuando ello no redunde en perjuicios reales a la Unidad, que tampoco hay que provocarlos, o favorecerlos, para justificar esa forma desviada o arbitraria sobre esos digamos, subordinados o componentes de la organización que tiene ciertas peculiaridades con las que se debe aprender a convivir.
Estudiar la personalidad de aquellos que ostentan cargos o empleos que dotan de poder de gestión y administración dentro de la Institución.
No estamos hablando, ni mucho menos, de buscar una simetría en la personalidad de los que ejercen el mando, pero si someterlos a estudio en su forma de ejercer el liderazgo de un grupo, y cómo su actuación favorece o perjudica las buenas relaciones internas, sin buscar su fracaso o provocarlo, sino orientando en la forma de realizar su cometido.
Pues pensar que el cargo legitima, sin más, renunciando a mejorar a la persona para ejercerlo o sin controlar las consecuencias de su estilo o forma de proceder, no es bueno.
Las conductas autoritarias, despóticas, o el creerse un ser supremo por ocupar un empleo son propias de personas inmaduras.
Dejar al margen de la jurisdicción militar las revisiones de las infracciones disciplinarias, y las infracciones penales por las relaciones jerárquicas.
Que personas independientes y objetivas sean las que valoren el rendimiento profesional.
La jurisdicción militar y las referencias a la naturaleza militar de la Guardia Civil deben ser exclusivamente aplicadas para los casos extraordinarios en que los guardias civiles se integren en las Fuerzas Armadas en misiones militares, o para los momentos de excepcionalidad democrática en los estados de alarma excepción y sitio.
La Guardia Civil debe ser un Cuerpo de naturaleza civil como la Policía Nacional, en el desempeño de funciones policiales, y la jurisdicción revisora de sus conductas debe ser la contenciosa administrativa.
Las valoraciones del rendimiento profesional y los premios, condecoraciones o menciones honoríficas deben ser encomendadas a personas ajenas a los mandos, aun cuando ellos puedan hacer sus informes, estas personas objetivas deben valorar el trabajo, cuantificándolo y valorando su calidad, evitando con ello la arbitrariedad y desviación de poder, ponderando los hechos, y no las calificaciones o descalificaciones gratuitas de personalidad.