Se esfuerza el Ministro de Interior Grande Marlaska en aparecer en inauguraciones de nuevos cuarteles de la Guardia Civil, y se hacen públicas las obras en diversas Comandancias, ya es algo que al menos, intente visualizar algunas inversiones, que más vale algo que nada, pero eso no cambia lo que llevamos décadas diciendo, que con ese nivel de inversión se tardarían 100 años en renovar o crear de nueva planta cuarteles nuevos, allí donde ya existen.
Y eso que se supone hay dinero de la Unión Europea para la eficiencia energética de los mismos, o dicho de otra manera, dinero para despilfarrar en intentar hacer menos costoso el gasto energético, o para promover el ahorro energético en las vetustas estructuras de la Guardia Civil.
Lo importante es sacar dinero, piensan, pues si no lo hace España, lo harán otros países de la Unión Europea.
Y, en lugar de exigir desde esa supra Administración europea, que se construyan nuevas estructuras para dotarlas de las nuevas tecnológicas y materiales que hagan del ahorro energético una realidad, mejor meter el dinero en basura de cuarteles, y así circulará el dinero, pues alguien se beneficiará económicamente de la inversión.
Debería haber dinero de todas las Administraciones, y principalmente de la nacional, que es quien tiene la obligación, para crear nuevas estructuras de cuarteles de la Guardia Civil, para prestar el servicio al ciudadano desde dependencias dignas y modernas, y para que si se quiere, los guardias civiles puedan tener residencias del Estado, como forma de agrupar a la fuerza en revista, en el mismo lugar de trabajo, y poder en caso de urgente necesidad, echar mano de los mismos, para prestar un pronto servicio ciudadano.
Tampoco es que tengan que ser esas viviendas total y absolutamente gratuitas, a excepción de lo que se gaste por cada cual en su casa, respecto de luz y agua, y paguen además los impuestos municipales, sino que un canon de no mucho dinero, que se reinvirtiera totalmente en tener las viviendas en un estado adecuado, tampoco sería rechazado, pues al fin y al cabo el que se mete a una vivienda del cuartel, a vivir, suele meterle dinero para acondicionar mínimamente la susodicha vivienda.
Ningún Gobierno aborda el problema seriamente, cuando los cuarteles se construyeron casi a la par acabada la Guerra Civil, o a lo más en los años sesenta, y requieren por tanto un plan de desarrollo de nueva creación, o seria renovación, en casi toda España.
Plan que no debería demorarse, en su desarrollo y culminación, más allá de dos legislaturas.
Pero, ¿cómo van a hacer algo? sino saben todavía lo que quieren, si además, aun sigue España descentralizándose, en todo, que por una parte bien, pero cuál será el modelo definitivo que equilibre y vertebre el Estado español, sino termina haciéndolo desaparecer.
Entre los que no quieren a España, y entre los que añoran el pasado, o por lo menos, lo que de bueno, pudiera tener adaptado a la actualidad, aquí estamos viendo como los últimos en todo somos los miembros de la Guardia Civil, para no citarla institucionalmente, pues al fin y al cabo los que la conforman, son las personas que la integran.