Equiparación salarial a medias e improductiva

Los pasados días 17 y 18 de septiembre del actual 2021, por separado, dos organizaciones profesionales de la Guardia Civil, ante la fecha cercana de las elecciones al Consejo de la Guardia Civil, que medirá la fuerza representativa de ambas, se manifestaron para reivindicar derechos profesionales para los guardias civiles, y más en concreto los económicos, por cuanto la Escala Básica de Cabos y Guardias Civiles, sobre todo, consideran el reparto de los complementos, pírricos, en lo relativo al pago de los servicios prestados en horario nocturno, en festivos, y demás fechas señaladas, y lo cierto es que no les falta razón, pero la realidad es que la subida salarial ha seguido criterios no vinculados a esos trabajos que deberían retribuirse, de acuerdo con el Régimen Laboral, que no el Funcionarial, un 75% más que en horario ordinario, si bien es cierto que por norma se considera que el servicio que presta tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional, está retribuido en atención a esa peculiaridad de trabajo realizado en todo tiempo, con los complementos específicos y general.

Pérdida esa oportunidad, en la que dejaban fuera también al resto de Escalas de la Guardia Civil, en funciones de mando, que en determinadas fechas están de guardia los fines de semana e incluso por la noche, siendo unos más que otros molestados, o más bien necesitados para coordinar, dirigir, u ordenar, cuando no para afrontar personalmente los servicios más exigentes en lo relativo a práctica de diligencias y demás actuaciones profesionales, se requiere por tanto que, a falta de cumplimentar la equiparación salarial respecto a otros Cuerpos de Policía, -sin perjuicio de que éstos, puedan y deban ser mejor retribuidos, a razón del trabajo que prestan, en sus respectivas Comunidades Autónomas-, se prosiga con las conversaciones en el Ministerio de Interior que lleven al aumento de la retribución de los guardias civiles, vinculada ésta a los servicios festivos y nocturnos, más también las horas extraordinarias, en cantidades que al menos se asemejen a las policías autonómicas de referencia.

Sabemos que tanto Guardia Civil como Policía Nacional han visto incrementado su salario como no se había producido en muchas décadas, cuando la inflación dejaba los sueldos en pocos años, en retribuciones irrisorias que no alcanzaban a mantener a una familia.

Sabemos que hay colectivos como militares o funcionarios de prisiones, que aguardan una subida salarial que haga más digno su trabajo, y sobre todo los acerque a las retribuciones de sus homólogos europeos, y que con todo ello, más con la deuda pública, tiene que lidiar el Gobierno de la nación de quien dependen, en un escenario de escasez de recaudación por una pandemia que además nos ha devuelto a tiempos pasados de postguerra, en algunos casos.

Sabemos que son nuevos tiempos para Europa y, sobre todo para España que espera fondos europeos para desarrollar una nueva industria y tecnología, acorde con el futuro inmediato que nos deparará la robotización de la industria manufacturera, que nos permitirá competir con los países que tienen sueldos más bajos, pero con mano de obra humana intensificada en empresas menos competitivas o técnificadas.

Ante todo esto los guardias civiles, que comparan sus declaraciones de hacienda anuales con las declaraciones de hacienda de los policías autonómicos, se dan perfecta cuenta que el compromiso de equiparación salarial, a groso modo, no se ha cumplido, pues da igual cómo, o en qué conceptos se retribuya a unos u otros, si lo que al final dicen esas declaraciones de hacienda es, que hay una gran diferencia salarial.

Es verdad que cada Cuerpo de Policía tiene su peculiaridad, y que la vida en unas Comunidades es más cara que en otras, pero también es cierto que guardias civiles hay en toda España, incluidas las Comunidades con Policías Autonómicas, y por tanto el mantener las diferencias salariales en según qué regiones de España, no ayuda a la equidad y justicia, que ya sabemos no se regala, sino que se la gana cada cual, y por eso algunos quieren segregarse al pensar que andarán más ligeros de equipaje para crecer por sí mismos, obviando que el crecimiento de unos más que de otros es consecuencia de estar en una Unidad o Entidad superior.

Entonces qué hacer, pues como vienen haciendo algunos guardias civiles, – aunque la mayoría parecen satisfechos cara al exterior, no es así desde dentro, que bien se quejan-, es mantener el nivel de exigencia de esa todavía utópica equiparación salarial, que ya sabemos corren tiempos más difíciles para reivindicarla además, porque la opinión pública no tiene ahora el foco ni las luces enfocadas en la comparación de salarios de los distintos Cuerpos de Policía, y para ello mejor hacerlo juntos entre guardias civiles, sin medirse en más o menos grandes, y por supuesto en unión con todos los policías nacionales, pues si no hay para unos no habrá para otros.

Pasadas las elecciones al Consejo, sea cual sea el resultado, es obligación de todos favorecer un frente común y claro de reivindicaciones, programar actos públicos que favorezcan nuevos compromisos de los partidos políticos y sus grupos parlamentarios, buscando la complicidad de la sociedad, hasta que llegue el momento idóneo de favorecer incrementos salariales, y hacerlo de una vez, vinculando éste al trabajo en fechas señaladas y nocturno, que además favorecerá precisamente la bajada del número de bajas médicas, porque se aguanta más, si se deja de ganar un dinero. Se aguanta lo que sea justo aguantar, se entiende.

Otras oportunidades o situaciones habrá para las asociaciones profesionales y sindicatos de policía para criticar lo que uno u otro tenga de mejor o peor, y con ello favorecer el crecimiento o decrecimiento de unos u otros, pero que no sea eso el motivo para estar en lo necesario unidos, y es que el incremento salarial, junto con otros derechos, más la denuncia de la arbitrariedad y desviación de poder, requiere de un frente común sin fisuras, y de una voluntad de hierro de todos, que evite las deserciones y no promueva el sálvese quien pueda, en cuanto pongan en práctica su estrategia para romperla.

Redacción ASIGC